Una vez escribí el nombre del blog en google y éste apareció y me dio verguenza. Me dí cuenta (qué ingenua) que todo lo que escribo es público. Casi me escondo bajo la mesa. Después ví que había múltiples declinaciones del nombre del blog, hasta había blogs con nombres asquerosos. Es tarde para cambiarle la cara al blog, sigamos con lo nuestro. Asumamos que no puedo contar nada y que me limito a bloguear sobre asuntos virtuales.