Es demasiado, lo peor es que tengo ganas de contarlo pero me cohibe google, internet, los virus, los hackers. Es terrible. Cuando una podía expresar todo (o casi todo) lo que se le pasaba por la cabeza. Oh tiempos aquellos. Tampoco es gran cosa, no son grandes cosas pero son mías. Que si hice algo o ví algo o me pasó algo. Contar cosas tan triviales como que me encontré con alguna persona, que tomé algo. En fin, me anima saber que puedo hablar de lo frustrante que es hablar de lo que no puedo. No sé si me entiendes, al menos tú, diario en línea, me conoces desde hace ya unos años. Es bueno.