Casi no escribo, aquí quiero decir. Pero ahora lo hago porque necesito comunicación. Conmigo misma. Si me pongo a hablar en voz alta mis hijos van a pensar que estoy loca. Con J se habla de lo mal que va Francia, de todos los empleos que se pierden cada día, de las empresas que se van a la India, a Polonia, a cualquier lado que sea más barato. Esos son los temas de J. Claro son verdades y amargas, a mí también me gusta hablar de cosas un poco graciosas o de cosas tontas. J lee Le Monde diplomatique, bueno, yo también, cuando almuerzo sola, o sea varios días por semana pero no me las doy de autoridad en nada. Si alguien quiere saber la Verdad, no de todo pero sí de hartas cosas (sobre todo el lado sucio de las cosas relacionadas con la plata, la corrupción,la política, injusticias sociales) debe leerlo, También leo versión Femina, la revista femenina autoproclamada más leída de Francia. De ahí me paso todas las secciones y voy derecho al consultorio sentimental. J hace igual. Pero no, no compramos eso, me las pasa mi suegra cuando ya las ha leido. Están en el baño. Es su lugar.
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