Ahora es el momento de usar mi mente y convertir los feroces tiburones en juguetones delfines.
Bajé al sótano para buscar un periódico viejo para limpiar los restos de comida en el plato de mi gato y encontré éste con un artículo sobre las técnicas para cambiar las pesadillas en sueños menos desagradables. No leí completamente el artículo. Me interesaron más la ilustración (de John S. Dykes) y el texto que lo acompañaba. Cuando traje a mi hijo del colegio le leí en español las palabras dejando que el me diga lo que veía en los dibujos. Pudo hacerlo todo, al final los dos sonreímos como cómplices de algo.