Al trabajo. Como si el blog fuera un recreo. Pero en cierta forma sí lo es.
Ayer me caí dos veces, estábamos en un bosque, la tierra estaba húmeda y en parte del camino había una cuesta, las hojas secas y el fango hacían la subida difícil. Yo no me había dado cuenta de nada de eso, estaba tomando unas fotos al reflejo de unos arbustos en un estanque, al intentar subir me caí, me levanté y me caí de nuevo. No me dolió nada, casi me pareció divertido. A lo mucho sentí miedo por la cámara, era lo más importante en ese momento. Luego mi marido me dijo que había una soga al lado. Cogí la cuerda y los alcancé. Mi cámara estaba a salvo.