Estoy exhausta, a lo mejor me faltan vitaminas. Ayer hablaba por teléfono con una amiga francesa que se dedica a lo mismo que yo, a dar clases de español. Ella es reemplazante, me dijo que esa categoría tenía algunas ventajas. Seguro. Me preguntó si yo trabajaba, le dije que sí pero sólo 4 horas por semana, que empezaba la semana próxima. "No es nada" me dijo escandalizada. Es que mi amiga también está en eso de hacer la tesina y es casada pero no tiene hijos. Para mí, preparar clases para 4 horas de curso sí es algo y cuesta mucho cuando además se tienen que cuidar niños pequeños, hacer de chofer, cocinar, limpiar, encargarse de la ropa, etc. Felizmente en el último número de Le Monde diplomatique , un artículo titulado Profession domestique de Julien Brygo habla acerca de las condiciones de trabajo de las empleadas domésticas. Las mujeres de las que hablan no tienen ni la décima parte de mis privilegios, trabajan mucho y les pagan muy poco. A mí no me pagan puesto que esta...