Mis alumnos salieron disparados a la velocidad de un rayo de clase. Es comprensible, vivimos en una región poco soleada y hoy había sol. La gente estaba transtornada, siempre pasa cuando hay un día así, se quitan capas y capas de ropa y se obsesionan por ponerse un poco morenos, conducen como locos y están menos alertas. Es el sindrome "recibo poco sol". Y claro seguro tenían cosas super intensas e interesantes que hacer. A la salida, por el párking me encontré con un exalumno, conversamos. Me saludó con un beso en la mejilla. Es la primera vez que un alumno o mejor dicho un exalumno lo hace, pero lo hizo con tanta naturalidad que yo también terminé por encontrarlo normal. Luego nos despedimos y me fui a hacer algo super intenso e interesante: calentar mi almuerzo, recoger a mi hijo de la guardería, lavar los platos, preparar la ropa de mis hijos para mañana y limpiar un poco.
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