No puede ser, es que siento que esto del encierro forzoso y forzado me está afectando gravemente. Llego a conclusiones terribles. Dios ayúdame a aguantar. Me siento en Marte y estoy en Francia pero eso no importa, es que no veo a nadie. No tengo contacto humano, el contacto con mis hijos es filial e instintivo. Los quiero, los atiendo pero me falta hablar con gente. Nadie está en su casa, nadie tiene tiempo, todos están ocupados. Y entiendo porqué la gente trabaja como loca, porque sino se muere de hambre y porque sino regresa a su casa y se pone a pensar en su solitaria y espantosa vida.
Tengo que acabar ese bendito trabajo ya para poder buscar trabajo y trabajar más y sentirme exhausta pero ver gente y ganar plata y ver otras caras que las de mi marido, mi gato y mis hijos.
Tengo que acabar ese bendito trabajo ya para poder buscar trabajo y trabajar más y sentirme exhausta pero ver gente y ganar plata y ver otras caras que las de mi marido, mi gato y mis hijos.